Bueno, están las locas orgullosas que recogen sus tiliches y se marchan sin mirar atrás. Como una mariposa, diría Pandora. Eso sí, se llevan hasta el último plato en que invirtieron y el talco neutrodor de la quincena pasada. Y como Lady Gaga van cantando por las calles la siguiente canción:
En otra sección, está la loca que todo lo perdona, y como las más señoras sacan el banderín de aquí no ha pasado nada, y sigue la cumbia. Entre estas locas hay varias clases, desde las sumisas hasta las más políticas y severas, pero en común tienen quizá, que el status quo tiene un valor secreto muy alto para ellas.
Luego viene la loca que arma un tremendo bochinche y hace el papelón de indignada, como si desconociera de la situación. En cuanto reciben la noticia de que hay otra en su lugar, suenan las ollas y los sartenes en el hogar. Algunas más desgraciadas llegan a enterarse de que no es que hay otra en su lugar, sino un estudiantado que día a día aprende sobre las artes del sexo con su marido. Si la cosa seguía así, a esta loca engañada la iban a poner de encargada de las matrículas muy pronto sin saberlo.
Estas locas se desquician por su marido y salen como recoletoras de huesos en la persecución de las intrusas. Deciden que su marido era una víctima de la seducción, pero no lo demuestran completamente para que no las llamen tontas. Y su relación continúa post divorcio por años, con la esperanza de que en uno de esos revolconazos vuelva a surgir una proposición nupcial. Siempre andarán con el ajuar en la cajuela (o en la mochila), hasta que se ganen el apodo de la loca de San Blas.
Ya ven, hay desde locas despreocupadas que simplemente siguen con su vida. Que es lo más recomendable. Otras que esperan que el marido un día cambie. Aunque sabemos que perro que come huevo, no se reforma. Y están las que nunca lo superaron y en sus noches de insomnio piensan en su marido y le llaman desde maldita prostituta hasta corazón de melón. Quién las entiende.
Acuérdense, cuando usted no es la she-wolf, está en desventaja, pero no quiere decir que se haga la tontica e ignore las cochinadotas de su marido. Por eso aquí están los siguientes consejos:
1. Si tiene una política de matrimonio straight con su marido. ALERTA.
2. Si usted asume las tareas del hogar y su marido no tiene mucho asignado. ALERTA.
3. Si su marido tiene horarios de trabajo opuestos a los suyos. BUSQUE TERAPIA DE PAREJA O AJUSTE SU RUTINA.
4. Si sus amigos salen con su marido a solas y no son tan amigos de él como sí de usted. AVERIGÜE SOBRE TRÁMITES DE DIVORCIO.
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